Text and photos by Ronald C. Flores
Visitors to Puerto Rico who love art and architecture have many good reasons to include the southern city of Ponce on their itineraries. Its historic homes and public buildings are truly unique and quite distinct from the Spanish colonial ambience of Old San Juan.
Arguably the best reason for a day trip is the extraordinary Ponce Museum of Art (787-840-1510). It is housed in a beautiful structure designed by Edward Durell Stone in 1961—reason enough for aficionados to visit—and its collection of Pre-Raphaelite art is considered one of the finest in Latin America.
But there are a dozens of smaller museums in the central historic district of this Caribbean coastal city and many of them are housed in elegant 19th and early 20th century homes. By some counts there are 1,000 architecturally significant buildings in Ponce—hundreds of which have been restored—so it is a vast laboratory for artists, architects, academics, and students of the city’s Ponce Creole style and its take on Neoclassical and Art Deco themes—with Andalusian and Moorish influences.
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A few steps from the plaza, on the corner of Reina and Méndez Vigo streets, is Casa Wiechers-illaronga, a mansion in the Classical Revival style (with dramatic interior splashes of Baroque and Art-Nouveau), also managed by the ICP. Architect Alfredo B. Wiechers built it in 1912 as his home and studio.
The mansion’s many features include its original custom-made Catalan modernist furnishings. The house also serves as the Museo de la Arquitectura Ponceña (Museum of Ponce Architecture) and has informative displays and photos of the works of the city’s most prominent architects. For information and operating hours at both museums, call 787-813-2549 Wednesday through Saturday from 9:00 a.m. to 4:30 p.m.
Joyas del arte y la arquitectura de Ponce
Las personas que visitan Puerto Rico y aman el arte y la arquitectura tienen muchas buenas razones para incluir la ciudad de Ponce (ubicada en el sur de la isla) en sus itinerarios. Sus casas históricas y edificios públicos son realmente únicos y ciertamente diferentes a los que se ven en el entorno colonial español del Viejo San Juan.
Podría decirse que la mejor razón para pasar el día en la ciudad es el extraordinario Museo de Arte de Ponce (787-840-1510). Está ubicado en una bella estructura diseñada en el 1961 por Edward Durell Stone —razón suficiente para que los fanáticos de la arquitectura la visiten— y su colección de arte prerrafaelita está considerada una de las mejores de América Latina.
Pero hay decenas de museos más pequeños en el distrito histórico del centro de esta ciudad costera frente al Mar Caribe y muchos de ellos están situados en elegantes casas del siglo 19 y principios del siglo 20. Se calcula que hay 1,000 edificios arquitectónicamente relevantes en Ponce —cientos de los cuales han sido restaurados— y por ello constituye un excelente laboratorio para artistas, arquitectos, académicos y estudiantes de estilo criollo ponceño de la ciudad y de sus manifestaciones neoclásicas y Art Deco con influencias andaluzas y marroquíes.
Aun quienes hagan una visita casual a Ponce disfrutarán haciendo un recorrido a pie a través del corazón de la ciudad. La plaza de recreo —en realidad dos plazas en una— está llena de fuentes y esculturas, una deslumbrante catedral dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe, un famoso Parque de Bombas (estación de bomberos) rojo y negro y una Alcaldía colonial que nos recuerda a la vieja España. Puede recoger un mapa de la ruta del recorrido en el mostrador de turismo en la estación de bomberos o en la Oficina de Turismo de Ponce, ubicada en la Alcaldía.
Hay dos joyas arquitectónicas que no deben faltar en su lista. Casi frente a la catedral está la neoclásica Casa Armstrong Poventud, construida en el 1899 por Manuel Víctor Domenech. Es imposible pasarla por alto ya que la entrada principal está flanqueada por dos columnas esculpidas que exhiben hermosas cariátides. Entre por la puerta lateral de la estructura hasta las oficinas del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) para ganar acceso a la casa (que fue restaurada en el 1986) y a la pequeña tienda del Museo.
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