Proudly Waving the Blue Flag

By Maylene Pérez-Robles, Blue Flag National Coordinator

Since November 2010, Puerto Rico has had the distinct honor of waving the first—and only—Blue Flag in the Caribbean awarded to a beach within a natural reserve. The Blue Flag is an international eco-label recognition bestowed upon beaches and marinas that comply with strict criteria in such areas as safety and services, environmental management, water quality, and environmental education and information.

The beach that received this award was Pelican Beach at Caja de Muertos Island, in Ponce, a municipality in southern Puerto Rico.

To visit Caja de Muertos Island, you must go to La Guancha boardwalk in Ponce and take a ride from a boat operator who will take you to Pelican Beach and its white crystalline waters. The name of the island comes from its topography—which resembles a coffin. Nevertheless, the name also is attributed to a pirate legend while others point to its indigenous origin.

Some of the attractions of Caja de Muertos Island include hiking its trails, admiring the characteristic flora and fauna of a dry forest, photographing a lighthouse built in 1887, and basking in the crystalline waters of its white sandy beach. In addition to its land trails, the reserve has underwater trails that recently were reopened to the public.

Since 1980, the natural reserve has been managed by the Department of Natural & Environmental Resources, a government agency that joined forces with the municipality of Ponce to achieve the Blue Flag designation.

Puerto Rico has other Blue Flag beaches, including Carolina Public Beach, Seven Seas in Fajardo, Punta Salinas in Toa Baja, El Escambrón in San Juan, and Boquerón Beach in Cabo Rojo, as well as Puerto Chico and Puerto del Rey marinas in Fajardo.

Today, 41 countries participate in the Blue Flag Program and more than 3,400 beaches and marinas have received the coveted designation. In Puerto Rico, the organization for a Sustainable Environment (OPAS by its Spanish acronym) is in charge of managing the program as the sole representative of the Foundation for Environmental Education. For more information, visit www.opaspr.org and www.bluefl ag.org.

 
El orgullo de ondear la Bandera Azul
Desde noviembre de 2010, Puerto Rico ostenta el honor de ondear la primera y única Bandera Azul en todo el Caribe otorgada a una playa ubicada en una reserva natural. La Bandera Azul es una ecoetiqueta de reconocimiento internacional que se les otorga a las playas y marinas que cumplen con estrictos criterios de seguridad y servicios, manejo ambiental, calidad de aguas e información y educación ambiental.

La playa que recibió este premio fue la Playa Pelícano de la Reserva Natural Isla Caja de Muertos en Ponce, municipio situado al sur de Puerto Rico.

Para visitar Isla Caja de Muertos debe llegar al paseo tablado La Guancha en Ponce y allí abordar el bote de un concesionario de transportación marítima que le llevará a Playa Pelícano y las aguas cristalinas que la distinguen. El nombre de la Isla deriva de su topografía ya que asemeja a un ataúd. Sin embargo, la historia también le atribuye el nombre a una leyenda de piratas y otros destacan su
origen indígena.

Entre los atractivos turísticos de Isla Caja de Muertos figuran caminar por veredas debidamente rotuladas, observar fl ora y fauna características de un bosque seco, retratar un faro construido en el 1887 y bañarse en aguas cristalinas de arenas blancas. Además de las veredas terrestres, la reserva cuenta con unas veredas submarinas que fueron recientemente reinauguradas.
Esta reserva natural es manejada desde el 1980 por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), agencia gubernamental colaboró con el Municipio Autónomo de Ponce para lograr la mencionada distinción mundial.

Puerto Rico también cuenta con otras playas Bandera Azul que incluyen el Balneario de Carolina, Seven Seas en Fajardo, Punta Salinas en Toa Baja, El Escambrón en San Juan, Boquerón en Cabo Rojo y las marinas Puerto Chico y Puerto del Rey en el municipio de Fajardo.


Hoy día 41 países participan en el Programa Bandera Azul y más de 3,400 playas y marinas ostentan el codiciado el galardón. En Puerto Rico, la Organización Pro Ambiente Sustentable (OPAS) es el que administra el programa como representantes únicos de la Fundación de Educación Ambiental (FEE por sus siglas en inglés). Para más información: www.opaspr.org y www.bluefl ag.org.

Volkyland


Text by Ronald C. Flores
Volkswagens in Puerto Rico? Well, of course. The popular little love bug captured the hearts of most of the Western world (over 21 million were manufactured) and Puerto Rico was no exception. From 1961 to 1965 it was the top selling car on the island—ubiquitous as a police car, public car, and family vehicle. Countless hearts were broken when the last beetle came off the assembly line in Mexico in 2003.

What is truly amazing, however, is that if you love Volkswagens, you have come to the right place. One of the largest private collections of Volkswagens in the world—if not the largest—has its home in the colorful coffee town of Yauco, on the south coast of our island, and it is open to the public.
The museum is a labor of love by its creator, Dr. Norman González-Chacón, his wife Diana, and a team of passionate people. They coddle, caress, polish, and present more than 200 vehicles in a former automobile dealership that has been converted into an archetypical Puerto Rican town, complete with a plaza, church, barber shop, fire station, and bank.

Parked on its streets (in air-conditioned comfort) are Volkies from everywhere: beloved bugs from the ‘60s and the ‘70s, Vanagons, square-backs, cabriolets, pre-war German military vehicles, VW coupes used by the U.S. Armed Forces for patrolling post-war Germany, souped-up VW dragsters, taxis, fire engines, ice cream vans, flatbed tow trucks, and a kit car. Among the stars are the very last beetle and the car that appeared in the 2008 Tom Cruise film Valkyrie.
The main collection is found in the village, but a second huge room houses mostly Type II vehicles (the bus in its many manifestations). A third building has an eclectic collection of unusual cars, from the original Hummer to a VW Hummer, Porches, and a smattering of antique autos. In the vestibule of the museum is a collection of hundreds of miniature and toy Volkies, from beaded and tin recreations of the bug—including Barbie’s Beetle and Beach Buggy—to a full-size beetle sofa.

The museum opened recently, but already Volkswagen fans, many of who discovered it online (www.thevolkyland.com and Volkyland on Facebook), have been flocking in from as far away as Brazil and Germany. You can see it Thursday through Sunday (and on holiday Mondays) from 9:00 a.m. to 2:00 p.m. Admission is $10. Children under 12 enter free.

How to Get There:
Volkyland (787-267-7774 & 787-267-7775) is on road PR121 km 13.2 in Yauco. From San Juan take Expressway PR52 to the Yauco exit (#198). Turn left at the second traffic light on PR116, bear right on PR121 toward Sabana Grande. The museum is on the left, about 1,000 feet after the intersection.

Volkylandia: 

¿Hay Volkswagens en Puerto Rico? ¡Por supuesto! El popular cupido motorizado capturó el corazón de la mayoría de las personas en el mundo occidental (se fabricaron más de 21 millones de estos vehículos) y Puerto Rico no fue la excepción. Del 1961 al 1965 fue el auto de mayor venta en la Isla y se le veía por doquier fungiendo como patrulla de policía, carro público y vehículo familiar. Incontables corazones quedaron hechos pedazos cuando el último Beetle (como también se le conocían) salió de la línea de ensamblaje en México en 2003.
Sin embargo, lo que es realmente sorprendente es que si le encantan los Volkswagens, usted está en el sitio perfecto. Una de las colecciones de Volkswagens más grandes del mundo —si no la más grande— puede encontrarse en el pueblo cafetalero de Yauco (ubicado en la costa oeste de la Isla) y está abierto al público.

El museo es la obra maestra de su creador, el Dr. Norman González Chacón, su esposa Diana y un equipo de personas muy dedicadas. Ellos miman, acarician, enceran y exhiben más de 200 vehículos en un local que anteriormente fue un concesionario de autos y ahora ha sido convertido en un arquetípico pueblo puertorriqueño que cuenta con una plaza, una iglesia, una barbería, una estación de bomberos y un banco.

Estacionados en sus calles (en un cómodo ambiente con aire acondicionado) hay Volkys por doquier: entrañables ejemplares de las décadas del 1960 y 1970, guaguas Vanagon, cabriolés, vehículos militares alemanes que datan de antes de la guerra mundial, cupés VW utilizados por la Fuerzas Armadas Estadounidenses para patrullar la Alemania de la posguerra, carros de carrera VW, taxis, camiones de bomberos, guaguas para vender helados, grúas de plataforma y un auto para armar. Entre las estrellas de la exhibición figuran el último de los Volkys y el auto que apareció en Valkyrie, el filme que Tom Cruise protagonizó en 2008.

La colección principal está en el “pueblo”, pero un segundo enorme salón contiene vehículos Tipo II (la guagua en sus muchas manifestaciones) y en un tercer edificio hay una ecléctica colección de autos raros, desde un Hummer original hasta un Hummer VW, Porsches y autos antiguos. En el vestíbulo del museo hay una colección de cientos de Volkys en miniatura y de juguete donde pueden verse desde recreaciones de latón y adornados con cuentas —incluyendo el Volky buggy de playa de Barbie— hasta un sofá Volky a tamaño real.
 
El museo abrió recientemente y ya los fanáticos —muchos de los cuales se enteraron por medio de la Internet (en www.thevolkyland. com o en Volkyland en Facebook)— han estado llegando desde sitios tan lejanos como Alemania y Brasil. Puede visitar el museo de jueves a domingo (y los lunes feriados) de 9:00 a.m. a 2:00 p.m. La entrada es $10 y los niños menores de 12 años entran gratis.

Cómo llegar:
Volkylandia (787-267-7774 y 787-267-7775) está en la carretera PR121 km 13.2 en Yauco. Desde San Juan tome el Expreso PR52 hasta la Salida 198 de Yauco. En la PR116 vire a la izquierda en el segundo semáforo y manténgase a la derecha en la PR121 hacia Sabana Grande. El museo está a la izquierda, unos 1,000 pies después de la intersección.